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Apuestas deportivas vs. Poker

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Comúnmente se denomina juego de azar a todo aquel donde la suerte tenga un papel relevante. Entre los juegos de azar se puede establecer una distinción evidente: aquellos potencialmente rentables y aquellos donde el jugador está condenado a perder. La razón de todo esto recae sobre un concepto básico en el juego que es la expectativa. Dentro de los juegos potencialmente rentables se encuentran el póquer y las apuestas deportivas que poseen muchas similitudes.

En las apuestas deportivas, las casas o bookies te ofrecen unas cuotas de las que descuentan entre un 5% y un 10% de comisión. Esta comisión es semejante al rake en el póquer y de ella obtiene la casa sus beneficios. Tras estas cuotas se ocultan las probabilidades. Para que el juego sea rentable hay que comprar apuestas cuya probabilidad sea mayor de la que la casa de apuestas ha fijado. A estas apuestas se le llaman «valuebets»(apuestas con valor). Por ejemplo, en una cuota de 1.75 por cada 1 apostado se esconden unas probabilidades de un 58%. Si la probabilidad real es mayor, esta apuesta tendrí­a una expectativa positiva. Es evidente que la «probabilidad real» solo adquiere significado en nuestras estimaciones. Estas estimaciones tienen su base en el conocimiento del evento y de todos los factores de influencia. Como se puede advertir, en el póquer también utilizamos estas estimaciones, para decidir que par de cartas puede tener nuestro adversario o como responderá a nuestras acciones.

En el poquer las ganancias provienen de tus adversarios. Las casas sólo actúan como intermediarios, organizan el juego y se llevan una comisión a cambio. En las apuestas deportivas, tu adversario es la misma casa de apuestas. Tienes que enfrentarte a una rival computarizado, mejor organizado y además tienes que superar ese 10%. A menudo las casas de apuestas se hacen más fuertes a partir del vací­o legal existente. Casas como Betandwin, exponen en sus clausuras que se reservan el derecho de anular una apuesta incluso a posteriori, cerrar cuentas si lo estiman oportuno y limitar a un usuario la cantidad a apostar si lo creyesen necesario. Ejemplo significativo es el caso de un usuario que leí­ en un foro de apuestas. Habí­a apostado en las olimpiadas por un lanzador de disco. Acertó la apuesta, pero a las pocas semanas este lanzador dio positivo y se le desposeyó del titulo. La casa rectificó y le dio la apuesta por perdida. Lo más curioso es que (contaba este usuario), su amigo habí­a apostado por el que quedó segundo y no le dieron la apuesta por ganada. Estas argucias me parecen execrables.

En el documental «vivir del juego», Gacia Pelayo afirma que en las apuestas deportivas, como en el póquer, se juega contra otros jugadores. Esto contradice mi teorí­a. En cualquier caso yo me atengo a que en una partida de póquer es imposible ganar sin que otro pierda. En cambio en las apuestas deportivas, los jugadores son buscadores de oro. Puede haber un limite de pepitas pero en cualquier caso nadie sale perjudicado si un buscador es excelente y ha encontrado cinco pepitas.

Un buen jugador de póquer se asegura la rentabilidad jugando un cierto numero de manos. En 5, 30 o 100 manos hasta el mejor jugador de póquer puede perder dinero porque la suerte en cortos periodos de tiempo es más determinante. En las apuestas deportivas ocurre lo mismo. Para asegurarte una rentabilidad has de haber comprado una gran cantidad de values o probabilidades a tu favor.

En las apuestas deportivas también existe una gestión del bankroll que evita caer en bancarrota en una mala racha y que aboga por apostar siempre en relación con el bankroll actual. Ninguna apuesta debe sobrepasar el 10% del bankroll aunque normalmente las apuestas serán menores en función del Stake.

La cantidad a apostar vendrá determinado por el stake y será variable en relación al margen de error que consideremos que hay en la cuota que nos ofrecen. A mayor margen de error, mayor stake. El stake se expresa sobre un baremo de 1-10. Un stake de 10/10 viene a ser una apuesta de un 10% del bankroll. Para establecer el stake apropiado debe tomarse como referencia secuencias de %. El sistema que yo utilizaba era el de 1:5%. Es decir si consideramos que partimos con una ventaja del 20% el stake será 4/10. Un stake de 10/10 es una apuesta donde partimos con una ventaja de un 50%, algo bastante improbable. Por norma general el margen de error oscilará entre un 1% y un 30%.

Vamos a suponer que en cada apuesta partimos con una ventaja del 10%. Supongamos que jugamos fuerte. Tenemos un bankroll de 7000 euros y como termino medio metemos unos 100 euros en cada apuesta. Apostamos 100 a una cuota de 2 ( 50%) porque creemos que las probabilidades reales son de un 60%. La EV o expectativa por cada apuesta con estas mismas condiciones es de 20 euros.( Hay que aclarar que he tomado una cuota de 2 para simplificar el proceso. Hay que tener en cuenta que la expectativa varí­a en función de la cuota y que ésta se puede tener en cuenta a la hora de determinar la cantidad a apostar. Comprar un 10% de probabilidades en una cuota de 2.8 tiene mucho más valor que hacerlo en una cuota de 1.5. Es por ello que las values suelen encontrarse en los underdogs). Para ganar 1000 euros en un mes deberí­amos hacer un mí­nimo de 50 apuestas mensuales. Aquí­ radica el problema. Normalmente un jugador conoce bien dos o tres ligas (normalmente las de su paí­s pues es donde se concentra toda la información y retransmisiones). Por lo tanto solo es capaz de ajustar las probabilidades mejor que las casas en unos pocos eventos. Sumando que no tiene asegurado que en estos eventos se encuentren las values, esto viene a confirmar que un jugador se ve limitado a hacer 7 u 8 apuestas al mes siempre con la condición de mantenerse constantemente informado y estar dotado de una infinita paciencia.

Como he dicho anteriormente, en las apuestas deportivas como en el póquer la rentabilidad se obtiene con la suma de situaciones favorables. 7, 8, 50 o 100 apuestas son muy pocas apuestas para hacer balance.

La conclusión es sencilla: el póquer es mucho más rentable que las apuestas deportivas por las siguientes razones:

  • No es necesario mantenerse diariamente actualizado
  • Hay más situaciones favorables
  • Te enfrenta a personas, que generalmente son adversarios más asequibles.

Todo lo expuesto no deja de ser una simple teorí­a, basada en una opinión personal.

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